miércoles, 30 de septiembre de 2015

A propósito de un artículo de Jon Illescas sobre las elecciones catalanas. Un artículo del compañero M. Alonso.





A propósito de un artículo de Jon Illescas sobre las elecciones catalanas.
M. Alonso. 

Me gustaría hacer unos comentarios al artículo del compañero Illescas ya que algunas de sus afirmaciones las considero equivocadas, aunque comparto su diagnostico sobre la necesidad de identificar con claridad al sistema económico capitalista, como responsable del sufrimiento de los pueblos y de la destruccion del planeta.

En primer lugar, señalaría la importancia del contexto para tomar una posición. A mi entender, hoy, fracturar o debilitar al estado plurinacional español es ir contra la hegemonía de la burguesía tanto española como catalana. Es ir contra la re-estructuración del Estado burgués español y es luchar por el derecho de autodeterminación, base de cualquier análisis leninista para la solución a esta contradicción.
Contradicción antagónica en actual el marco de la dictadura de la burguesía y que solo en una futura dictadura del proletariado podría ser tratada como “en el seno del pueblo”.
Señala el compañero Jon, que única candidatura que estuvo parcialmente por encima de la influencia nacionalista burguesa fue Catalunya Si que es Pot. Parece olvidar el compañero, que esa candidatura estaba nutrida por  revisionistas y liquidadores de la bandera roja y de sus valores revolucionarios. Y sí, no estaba bajo la influencia de la burguesía catalana; lo estaba de la centralista española y de su actual proyecto de re-estructuración del régimen borbónico impuesto por Franco.
Los mismos revisionistas que destruyeron el Partido Comunista en España y al Partido Socialista Unificado de Catalunya, este último, por cierto,  reconocido oficialmente, como representante del proletariado catalán, por la Internacional Comunista.
Afirma el compañero Jon en su artículo que:

No existen las naciones como sujetos políticos, existen las personas y las clases. Los límites nacionales han sido tradicionalmente impuestos a punta de espada o de tanques por los conquistadores, las diferentes clases dominantes cuando se reparten los territorios, etc. Las naciones sirven para dividir a la clase trabajadora en diferentes establos donde las burguesías mundiales nos sacan hasta la última gota de leche, donde nos explotan para obtener sus beneficios (que luego invierten muy “nacionalmente” llevándoselos a algún paraíso fiscal). Sin embargo, luego muchos de los explotados, bailan al son de las banderas de los establos. ¿Puede haber algo más absurdo, más primario, en estos tiempos de mundialización de los goces y los padeceres?

Negar la existencia de las naciones o las nacionalidades es como negar la existencia de la lucha de clases o como negar el carácter inter-nacionalista de la clase obrera. No estaría de más el releer el magnífico libro del camarada Stalin Sobre la Cuestión Nacional para aclarar dudas sobre el carácter y formación de las nacionalidades….
Y por supuesto que muchas trabajadoras y trabajadores bailan al son de la música y de las banderas de la hegemonía burguesa, no solo local, sino también de las potencias imperialistas, es ahí donde se ve su hegemonía, en la actual etapa histórica, no nos extrañemos, partamos de la realidad para poder transformarla.
Dice el compañero que:

Sin la unión de toda la izquierda contra hegemónica para construir nuestros medios unificados, nuestra propia industria cultural, sólo consumiremos hegemonía burguesa y pensaremos como ellos quieren que pensemos. Necesitamos nuestra cultura solidaria, racional a la par que cálida, rebelde a la par que humana: nuestra cultura socialista. Si por el contrario, hemos de seguir luchando en sus medios, ellos controlarán el mensaje y los minutos que saldrán nuestros responsables. Si no construimos nuestra industria cultural contra hegemónica jamás conseguiremos la hegemonía en la sociedad, seremos minoría para siempre y cada vez más, los pocos que quedemos, estaremos más colonizados mentalmente. No podemos luchar contra los medios masivos tanto offline (radio, TV, etc.) como online (Internet) desde una multitud de pequeñas páginas de información alternativa en Internet. O desde asambleas de cientos de personas cuando los telediarios son vistos por millones a los que les lavan el cerebro.

La construcción de nuevos espacios culturales, informativos o sociales, son necesarios, pero tienen un límite; el Poder, que sin el mismo “todo es ilusión” como decía Lenin.
Solo desde la destrucción del viejo poder burgués podrá nacer una nueva sociedad, un Nuevo Poder. 
Para ello, solo con la construcción de un autentico programa revolucionario, basado en la ideología revolucionaria del proletariado y partidos capaces de defenderlo y aplicarlo en todos los niveles de la lucha de clases, tanto en las nacionalidades históricas, como en el Estado español podrá la clase obrera y demás clases trabajadoras liberarse del yugo ideológico de los explotadores. 
Hay que crear opinión pública sí, pero de forma clara y decidida por la toma revolucionaria del poder, por hacer la revolución en donde se den las condiciones antes expuestas para ello.
Y para concluir estos comentarios, me gustaría señalar que las armas y la tecnología no lo deciden todo, son los pueblos los verdaderos hacedores de la historia y los imperialistas simples tigres de papel.

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